domingo, 8 de agosto de 2010

Prólogo


"No dan un palo al agua, tienen trabajo seguro de por vida, más vacaciones que nadie y un sueldo que ya lo quisiera yo para mí ..."

A buen seguro el lector habrá identificado al objeto de la anterior sentencia. No seré yo quien niegue desde aquí que, en efecto, el de profesor es un trabajo con enormes recompensas. Sin embargo, juzgar la labor de un profesor no es tan sencillo como pueda parecer.

La intención desde esta trinchera es hacer pública la realidad de los profesores.

¿Por qué trinchera? Porque estamos acorralados por una administración incompetente, por el día a día del trabajo en el aula y por la opinión pública que nos tiene etiquetados, en demasiados casos, de vividores y de mercenarios y ... es hora de defendernos.

Desde esta trinchera pues, criticaremos, denunciaremos y ofenderemos a todos aquellos que desde los depachos nos convierten en peones prescindibles, a los que no nos dejan trabajar y luego nos acusan de ello, a los que piensan que nuestro trabajo consiste en aburrir a sus hijos unas horas a la semana y poner la mano a fin de mes y a algunos compañeros nuestros que con su celo profesional, les dan la razón.

Si se ha identificado usted con alguno de los mencionados en el párrafo anterior, agáchese ... le estamos apuntando.

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