domingo, 29 de agosto de 2010

Estimado compañero


En primer lugar, expresarte mi condolencia (inevitable, por otra parte) por ese recorte salarial que, sin ir más lejos, habrá añadido un toque de austeridad a tus vacaciones.

No cabe duda de que los políticos carecen de imaginación para tomar medidas efectivas que no vayan en detrimento de los de siempre.

Y es que se legisla muy bien desde los despachos donde los problemas están sobre el papel. Estoy totalmente de acuerdo en que a pie de calle, o en nuestro caso a pie de aula, los problemas son de verdad y además imperiosos.

Te doy toda la razón en eso de que el político es el máximo responsable de que nuestro sistema educativo sea tan penoso ... y encima se permite recortes contra los que día a día estamos dando el callo ... Porque tú y yo sabemos lo que es darlo todo en el aula ¿o no?

Tú y yo somos incapaces de quedarnos un solo día en nuestra casa por un simple dolor de cabeza dejando a los alumnos a cargo del compañero de guardia. Tú y yo nunca llegamos tarde a clase, si no ¿cómo íbamos a ponerles a los alumnos observaciones por retraso? Tú y yo no tenemos inconveniente en echar un par de horitas extra por semana (aunque no nos las paguen), además de las 21 reglamentadas, si es en beneficio de los alumnos. Tú y yo no nos pasamos las clases haciendo subrayar al alumno en su libro de texto, nosotros nos preparamos las clases y se las explicamos una y mil veces si es necesario.

En resumen, tú y yo hacemos todo lo que está en nuestras manos para mejorar el sistema y enmendar, en la medida de nuestras posibilidades, las estupideces de los políticos ¿a que sí? Porque, si no, ¿cómo nos íbamos a atrever a echarles la culpa DE TODO?

Pues nada, espero que el recorte no merme tus ganas de trabajar y que sigas durmiendo el sueño de los justos con la conciencia bien tranquila ante el deber cumplido.

Saludos desde la trinchera.

P.D.: para esos frecuentes dolores de cabeza, te recomiendo que consultes al farmaceútico ... a mí me funcionó.

sábado, 14 de agosto de 2010

¡Ooooooolé!



En un artículo aparecido en El País edición digital el 17-01-09 firmado por un señor muy importante que no voy a nombrar (el artículo, como digo, está firmado) para que Google no me gaste malas pasadas, se culpa de los malos resultados del sistema educativo a la falta de formación de los profesores.

Lo que este señor propone es "asesorar al profesorado en cuanto a problemáticas que antes se desconocían, como alumnado disruptivo, desmotivación, déficit de atención, hiperactividad, anorexia, bullying o ciberadicción" y dice que "El futuro profesorado precisará experiencias directas y ejemplificaciones de la tarea de enseñar, más que conocimientos de su disciplina que al poco tiempo quedarán obsoletos."

Bien por él y por sus, sin duda, grandes intenciones. Lo que pasa es que esto nos lleva sin remedio a tres preguntas:

Pregunta irremediable nº 1: ¿quién, cómo y dónde instruye a los profesores en experiencias directas y ejemplificaciones de todas esas "problemáticas que antes se deconocían"? Hasta ahora sólo se plantean cursos de formación del profesorado en aulas de institutos ante un ponente que desarrolla todas sus teorías como máximo con la ayuda del Power Point.

Pregunta irremediable nº 2: ¿qué es exactamente lo que deben de saber los alumnos a final de curso? Si nos olvidamos de nuestros conocimientos en la disciplina por riesgo de obsolescencia ...

Pregunta irremediable nº 3: ¿que la raíz cuadrada de 16 es 4 es un hecho obsoleto? Igual es que como ya ni siquiera se suma 2+3 sin ayuda de la calculadora ...

Pero la moraleja de lo que este señor expone es mucho más dura: los responsables del fracaso del sistema somos los profesores. Eso, querido lector, es lo que se llama "embestir al bulto", costumbre muy hispana que tal vez explica la popularidad de la fiesta taurina.

Este señor pasa por encima de los títulos académicos necesarios para ejercer como profesor y de los conocimientos mínimos que debe tener un alumno para saber algo de la materia que se le imparte. Ilustrando esto último, sugiero al lector un vistazo a este artículo.

Nada más lejos de mi intención que menospreciar el papel del orientador en un IES, pero del orientador DE CAMPO, el que se requema las neuronas bregando con el día a día de un centro, en contra de ese otro, el teórico, el de despacho, el de artículo especializado, el de informe encargado por la obra social de no sé quién (inevitablemente sesgado), aquél a quien escucha el político y de esa forma bendice su razón de ser.

Esta gente se pega como una lapa al barco de la educación y, más allá de añadirle peso, no aporta nada ... pero navega con él.

Volviendo al símil taurino: el toro entra al trapo que es el elemento fácil, el más aparente y se olvida del torero que es quien maneja la situación y, finalmente, le mata. Todo ello con el auxilio de banderilleros, picadores, demás subalternos y monosabios y aplaudido calurosamente por la muchedumbre en su "faena".

Saludos desde la trinchera.

viernes, 13 de agosto de 2010

Una de estadísticas



Según un artículo publicado en la web de la Agencia Europa Press, España no sólo no avanza en materia educativa, sino que está en franco retroceso. Paso a resumirle al lector los datos estadísticos:

- Abandono escolar:

España: 31,9 % (29,1% en el año 2000)
Media UE: 14,9 %

- Deficiente comprensión lectora:

España: 25,7 % (16,3 % en el año 2000)
Media UE: 24,1 %

- Porcentaje de jóvenes de 22 años con estudios secundarios postobligatorios (Bachiller o FP):

España: 60 % (66 % en el año 2000)
Media UE: 78,5 %

- Inversión pública en educación:

España: 4,28 % del PIB (estancada en los últimos años)
Media UE: 5,05 %

Dejando a un lado las áridas estadísticas, podemos resumir lo siguiente:

En España

- 4 de cada 10 jóvenes no tiene oficio ni beneficio ... y subiendo.
- 3 de cada 10 chavales abandona los estudios de enseñanza obligatoria.
- 4 de cada 10 jóvenes no se entera de lo que lee.
- Hemos invertido en copas del mundo de vela, fútbol, baloncesto, en nuevos circuitos de F1, en TV digital (con una parrilla televisiva patética), etc., etc., pero ni un duro más en educación para al menos llegar a la media europea.

Note además el lector que los datos son entre el 2006 y el 2008, es decir, ANTES DE LOS RECORTES POR LA CRISIS, así que a día de hoy las cifras habrán empeorado con toda seguridad.

Ahora permítame el lector invitarle a una reflexión: si los bancos españoles no tienen crisis (esto está más que demostrado), a diferencia de los de otros países, y la crisis se ha generado por los problemas de los bancos ¿por qué España es uno de los países con mayor tasa de paro de UE?

Desde la trinchera, me atrevo a relacionar las estadísticas que acabo de darle, con la crisis en nuestro país.

Ahora le voy a proponer una regla de tres: si las cifras de arriba crecen y las crisis se repiten, en la próxima crisis España = x. Le toca despejar la incógnita.

lunes, 9 de agosto de 2010

La comisión de servicio


Empiezo por explicar al lector no habituado a la terminología: se llama comisión de servicio a la ocupación provisional de una plaza en un destino diferente al que le ha tocado en el concurso de traslados por parte de un profesor funcionario de carrera, es decir, con la oposición aprobada.

La figura de la comisión de servicio se crea para facilitar la vida a los profesores que tienen problemas familares, normalmente enfermos dependientes y no alejarlos de su domicilio, o bien por motivos académicos: un profesor con unas características determinadas es necesario en un destino concreto. Hasta ahí, lo legislado, lógico por otra parte.

Sin embargo, imagine el lector que un profesor con familia e hijos pero sin cargas especiales por motivos de salud, ha tenido la mala suerte de que en el concurso de traslados (acto administrativo en el que se solicita destino definitivo) no ha podido elegir y le han dado un destino a 200 km de su casa. Él, como es lógico, intentará solicitar una comisión de servicio en un instituto más cercano a su casa. Es de cajón que si hay otro profesor con enfermos dependientes a su cargo que solicita la misma plaza, se la den, pero si no hay nadie en esas condiciones ¿por qué no se la dan al padre de familia?

Ahora imagine usted la cara que se le queda a este profesor cuando se entera de que a él no le han dado la comisión de servicio y un mes después se adjudica la plaza solicitada en una bolsa de trabajo.

El profesor afectado tiene en ese momento dos opciones: o se alquila un sitio donde vivir toda la semana a 200 km de su familia o se hace 400 km diarios para ir y volver a su trabajo.

Créame el lector que no son pocos los compañeros que se ven obligados a hacer esa elección.

Dejo para el final varias preguntas con respuesta a criterio del lector:

¿Beneficia en algo denegar esa comisión de servicio?
¿Se ahorra un solo céntimo la administración con la medida?
¿Beneficia la situación al sistema educativo?

Saludos desde la trinchera ...

domingo, 8 de agosto de 2010

Prólogo


"No dan un palo al agua, tienen trabajo seguro de por vida, más vacaciones que nadie y un sueldo que ya lo quisiera yo para mí ..."

A buen seguro el lector habrá identificado al objeto de la anterior sentencia. No seré yo quien niegue desde aquí que, en efecto, el de profesor es un trabajo con enormes recompensas. Sin embargo, juzgar la labor de un profesor no es tan sencillo como pueda parecer.

La intención desde esta trinchera es hacer pública la realidad de los profesores.

¿Por qué trinchera? Porque estamos acorralados por una administración incompetente, por el día a día del trabajo en el aula y por la opinión pública que nos tiene etiquetados, en demasiados casos, de vividores y de mercenarios y ... es hora de defendernos.

Desde esta trinchera pues, criticaremos, denunciaremos y ofenderemos a todos aquellos que desde los depachos nos convierten en peones prescindibles, a los que no nos dejan trabajar y luego nos acusan de ello, a los que piensan que nuestro trabajo consiste en aburrir a sus hijos unas horas a la semana y poner la mano a fin de mes y a algunos compañeros nuestros que con su celo profesional, les dan la razón.

Si se ha identificado usted con alguno de los mencionados en el párrafo anterior, agáchese ... le estamos apuntando.