viernes, 2 de septiembre de 2011

Desfachatez

La viñeta la he tomado prestada de El País.


Pura y dura, amigo lector... desfachatez pura y dura.

Ya hablé en otro artículo publicado en esta trinchera del ínclito informe de la OCDE analizando con bastante detalle sus datos. Así que, si me parecía que publicar en 2010 datos del 2008 y encima incorrectos era una falta de rigor, imagínese el lector lo que puede suponer utilizarlos en 2011 como argumento para recortes.

Pero mire, admitamos que no cobramos mal (aunque ni tan bien como lo pinta la OCDE, ni mucho menos como piensan algunos), admitamos que trabajar un par de horas más tampoco es para matarse (yo mismo suelo trabajar bastante más de 20 horas semanales y no me pasa nada) y hasta podemos admitir que no tenga por qué haber una merma en la calidad de la enseñanza... ¡pero que lo diga Esperanza Aguirre! Una señora que solo de sueldo gana 98700 €/año y cuyos ingresos totales añadiendo toda clase dietas y de complementos ni Dios sabe a cuánto ascienden.

El famoso e-mail que va circulando por ahí con el título "Indecente" (atribuido a Arturo Pérez Reverte) es toda una muestra. Es realmente indecente que la clase política recurra a cualquier sector para ver de dónde puede ahorrar un céntimo, incluso de sectores tan báscios como la sanidad y la enseñanza y no haga lo propio con sus privilegios. Pero que encima se permitan la desfachatez de salir en público a hacer determinadas declaraciones es el colmo.

El movimiento de los indignados se deshincha por momentos y ya se habla de algún "fichaje" de alguno de sus dirigentes por el PSOE, pero lo que no se deshincha es la indignación que crece como un globo y ya se sabe lo que pasa con los globos cuando exceden el punto crítico: ¡bum!

Abusando del lexema, la indignación crece porque no cesa la indignidad. La calaña de los políticos es de tal bajura que después de haberse negado a viajar en clase turista y solo rectificar ante presiones, se atreven a decirme a mí que después de bajarme el sueldo un 7 % trabaje 5 horas semanales más "que no es para tanto". Pues mire, querido lector, estoy dispuesto a admitir que no es para tanto y estoy dispuesto a hacerlo sin rechistar, pero lo que no estoy por consentir es que me lo diga ninguno de esa pandilla de parásitos y vividores.

Para aquel lector crítico con el colectivo de profesores y fervoroso creyente en las medidas de castigo que se nos están aplicando, propongo una pregunta: si se encontrase con genio de la lámpara ¿le pediría tener mis privilegios o los de Esperanza Aguirre?

Saludos desde la trinchera.

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